Marca: Gual Home & Garden
Referencia: 44750
Árbol de vigor medio, bastante vertical y de gran productividad. Su floración y maduración son de las más tempranas.
Nombre científico: Eriobotrya japonica
Nombres populares: Níspero japonés
Variedad: Níspero japonés Argelino
Familia: Rosáceas
Generalidades:El níspero japonés es un árbol frutal perenne procedente de China el cual se cultiva en el jardín, tanto para la producción de frutos como para uso ornamental siendo un buen elemento de sombreo. El níspero se caracteriza por ser uno de los árboles con la floración más temprana floreciendo en otoño o a comienzos del invierno. La maduración de sus frutos también es temprana, madurando a finales del invierno o a principios de la primavera.
Características de la variedad:Árbol de vigor medio, bastante vertical y de gran productividad. Su floración y maduración son de las más tempranas.
Floración: Florece en otoño-invierno.
Polinización: Especie autocompatible, pero mediante la polinización cruzada se aumenta la producción.
Frutos: Frutos de calibre medio a grande, de forma ovalada. Su piel anaranjada es áspera y fácil de separar. Posee una pulpa de color amarillo-crema, firme, jugosa y de sabor dulce. Su maduración es a finales de invierno o a principios de la primavera.
Flores:Produce flores blancas y de intensa fragancia. Se encuentran agrupadas en panículas en número muy elevado, aunque se produce un importante aclareo natural y no consiguen cuajar todas. Estas panículas también son pilosas y están rodeadas por una hoja que forma una especie de corona en el extremo del ramo fructífero. La floración es temprana, a finales de otoño o en invierno, de octubre a febrero.
Suelo: Se adapta a la mayoría de los terrenos, el suelo debe ser fértil y estar drenado para asegurar un buen desarrollo del árbol. Para ello es recomendable utilizar abono orgánico y minerales.
Abonado: Si se cultiva en maceta es adecuado abonar con un abono universal líquido cada mes, teniendo en cuenta que una vez al año se debe de hacer una aportación orgánica principalmente en febrero o marzo.
Si se planta en el suelo, es recomendable agregar materia orgánica durante la primavera junto con un fertilizante mineral, y una segunda aportación a finales de verano.
Riego: Durante los primeros años de un árbol frutal es importante que no le falte agua, después se puede ir reduciendo, aunque siempre será necesario regar con regularidad y con más abundancia durante los periodos más cálidos y menos durante los fríos.
El sistema de riego por goteo le asegurará un riego adecuado de los frutales. No obstante, se ha de tener en cuenta que el exceso de agua reduce el azúcar del fruto.
Podas: Es recomendable podar los árboles frutales cada año.
En términos generales se deben quitar las ramas improductivas y secas para garantizar una mejorar iluminación y aireado. Además, ayuda a que los frutos salgan con un mejor tamaño y calidad. Cierto es que existen diferentes tipos de podas, todas ellas relacionadas con el tipo de explotación.
Iluminación: Mediante la poda se consigue que las ramas reciban una buena iluminación y así, poder mejorar la calidad y cantidad de los frutos.
Temperatura: Los frutales necesitan horas de frío para permanecer en reposo y así producir frutos de mejor calidad.
Trasplante: Si el trasplante es enraizado a otro estadio se tiene que realizar en la parada invernal, en cambio, si es de maceta a suelo o a otro estadio se puede efectuar en cualquier época del año.
Plagas y enfermedades: Es importante hacer los tratamientos preventivos principalmente en invierno. Los tratamientos curativos se deben realizar al identificar los problemas.
Para realizar un trabajo práctico será interesante en la aplicación mezclar un fungicida, insecticida y un abono foliar o aminoácido. Así será conveniente tratar las enfermedades fúngicas como el oídio, mildiu... y las plagas como las orugas, cochinilla, pulgón…